La arterioesclerótica es la causa principal de la enfermedad
cardiovascular (ECV) y la enfermedad cardiovascular aterosclerótica
(ECVA) es particularmente frecuente en personas que viven con diabetes
tipo 2. Nueve de cada diez personas con diabetes tipo 2 y enfermedad
cardiovascular establecida tienen enfermedad cardiovascular
aterosclerótica, incluidos ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Es posible que su médico o enfermero especialista en diabetes ya haya
hablado con usted sobre la relación entre la diabetes tipo 2 y la
enfermedad cardíaca, y es posible que usted ya esté tomando medidas
para reducir su riesgo. Sin embargo, muchas personas con diabetes
tipo 2 desconocen que tienen un mayor riesgo de presentar enfermedad
cardiovascular. Si tiene diabetes tipo 2, su riesgo de
enfermedad cardiovascular es de aproximadamente el doble que el de las
personas sin diabetes. De hecho, un tercio de las personas que viven
con diabetes tipo 2 tienen enfermedad cardiovascular establecida.
La enfermedad cardiovascular es un término general para una amplia
gama de enfermedades que afectan el corazón o los vasos sanguíneos;
entre otras, presión arterial alta, insuficiencia cardíaca,
arteriopatía periférica, angina de pecho (dolor en el pecho causado
por la reducción de la circulación sanguínea a los músculos
cardíacos), ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
La ateroesclerosis es la causa principal de enfermedad
cardiovascular, y la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (que se
explica más adelante) es particularmente frecuente en personas que
viven con diabetes tipo 2 porque el exceso de azúcar en sangre impulsa
la progresión de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Nueve
de cada 10 personas con diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular
tienen enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
La ateroesclerosis es la acumulación de grasas, colesterol y otras
sustancias en las arterias y en las paredes de las arterias. Esta
acumulación se denomina placa. La placa hace que las arterias se
endurezcan y se estrechen, lo que restringe la circulación sanguínea y
el suministro de oxígeno a los órganos. También existe la posibilidad
de que la placa se rompa, lo que provocaría un coágulo de sangre. Si
la circulación de sangre al corazón se bloquea, puede causar un ataque
cardíaco y si un coágulo de sangre bloquea una arteria del cerebro,
causa un accidente cerebrovascular.
La ateroesclerosis también puede causar problemas en otras partes
del cuerpo. La arteriopatía periférica, por ejemplo, se produce cuando
la circulación sanguínea es restringida en las arterias de las
piernas. La arteriopatía periférica puede causar dolor en las
pantorrillas, las caderas, las nalgas y los muslos, generalmente
cuando camina o hace ejercicio.
La ateroesclerosis se desarrolla a lo largo de los años y la
tendencia, al principio, es que no presente ningún síntoma. Por lo
tanto, es posible que muchas personas no sepan que la tienen. A veces,
las personas solo descubren que tienen enfermedad cardiovascular
aterosclerótica cuando sufren un accidente cerebrovascular, un
accidente isquémico transitorio (AIT o miniaccidente cerebrovascular)
o un ataque cardíaco.
Cómo la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica puede provocar
la formación de placa
Los médicos solían creer que el colesterol alto era la causa de la
formación de la placa aterosclerótica y que la reducción de los
niveles de colesterol a través del estilo de vida y los medicamentos
era la clave para controlar la afección. Sin embargo, ahora sabemos
que el nivel alto de azúcar en sangre es un factor importante. El
nivel alto de azúcar en sangre provoca inflamación, lo que causa daño
en la pared arterial y la formación de placa. Esto respalda por qué
las personas con diabetes tipo 2 tienen entre 2 y 4 veces más
probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o un accidente
cerebrovascular que aquellas sin la enfermedad.
Existen otros factores que contribuyen al riesgo de enfermedad
cardiovascular aterosclerótica, como el sobrepeso y la obesidad, el
tabaquismo y la presión arterial alta. Junto con el nivel alto de
azúcar en sangre, todos estos factores se denominan factores de riesgo
“modificables” porque es posible reducir el efecto de estos factores
con cambios en el estilo de vida y medicamentos.
La buena noticia es que hay muchas maneras de reducir los riesgos de
eventos de enfermedad cardiovascular aterosclerótica y muchas de estas
no solo mejorarán su salud general, sino que también ayudarán a
prevenir las consecuencias de la diabetes. Estos son algunos cambios
en el estilo de vida que puede hacer.