¿De qué se trata la diabetes tipo 1?
Anteriormente conocida como diabetes juvenil y/o diabetes insulinodependiente, la diabetes mellitus tipo 1 es una patología que se considera un trastorno autoinmune.
En algunos pacientes que viven con diabetes tipo 2 el páncreas no
logra producir suficiente insulina. Para estos cuadros el médico
recomienda el inicio de un tratamiento con insulina. Ella ayuda a que
tu cuerpo pueda absorber la glucosa.
Existen diferentes
opciones de tratamiento con insulina y tu rutina se adaptará a tus
necesidades en particular.
Importante: existen diferentes tipos de insulina. Según tus
necesidades, tu médico te recomendará que comiences con uno
determinado para controlar, de una mejor manera, el azúcar en
sangre.
Es posible que con el correr del tiempo necesites
ajustar el tratamiento con el fin de realizar un control óptimo del azúcar.
Insulina de acción prolongada
En líneas generales las personas que comienzan un tratamiento con insulina lo hacen con la denominada insulina de acción prolongada. Usualmente se llaman insulinas basales o “de base” porque mantienen un nivel bajo y constante de insulina en la sangre durante un tiempo prolongado.
La insulina de acción prolongada
trabaja para que los niveles de azúcar se mantengan estables a lo largo del día; también entre las comidas y cuando estás durmiendo. Se toman una o dos veces por día, dependiendo del caso.
Insulina prandial
Cuando coma algo, el azúcar en sangre aumenta rápidamente. Sin embargo, la insulina de acción prolongada no alcanza para controlar esas subidas de glucosa y es posible que necesites insulina prandial.
¿Qué es la insulina prandial?
Se trata de un tipo de insulina de rápida acción que se
inyecta justo antes de comer para controlar los picos de azúcar en
sangre que ocurren con cada comida. Se indica, paralelamente, con una
insulina de acción prolongada. La insulina prandial suele
denominarse “insulina bolo”.
El tratamiento con insulina prandial puede comenzar con una
inyección por día, en general, con una comida principal. En el caso
de ser necesario, será tu médico el que te aconseje agregar más
inyecciones.
Comienza el tratamiento con insulina
Más allá del tipo de insulina que tengas prescripto, a lo mejor te resulta un tanto abrumador empezar un tratamiento con insulina. No te preocupes por las inyecciones, ni tampoco veas este paso como un fracaso.
Todas estas sensaciones son normales y están dentro de lo esperado. De todas maneras, es bueno tomar conciencia de que la diabetes tipo 2 es una enfermedad progresiva. Por eso mismo, pasar a un tratamiento cuyo efecto es darte una mejor calidad de vida y un mejor control de tu salud es un éxito en sí mismo.
A veces es necesario dar un paso más aunque sientas miedo. ¡Siempre es un avance si se logra una mejor calidad de vida!