¡Aprendé a monitorear el azúcar en la sangre!
Ya te contamos que el azúcar en sangre va variando a lo largo del día de acuerdo a distintos factores.
Atravesar una enfermedad e iniciar un tratamiento suele despertar muchas dudas. A continuación, te presentamos algunas preguntas frecuentes que pueden surgirte como paciente:
Comenzar el tratamiento con insulina es un gran paso a pesar que
sientas cierto grado de frustración porque el tratamiento anterior no
tuvo buenos resultados. Tal vez otra preocupación que tengas es pensar
que las inyecciones sean dolorosas o incómodas.
En relación a
esto, hay una buena noticia: ¡comenzar a recibir insulina puede
traer beneficios para tu salud y para tu estilo de vida! Es muy
probable que incorporarla a tu rutina sea más fácil de lo que pensás,
¡y no tan traumático! Si bien hay mucho por aprender, también existen
una gran cantidad de recursos para ayudarte en este camino.
La insulina es un medicamento inyectable. Está compuesto por la hormona insulina en solución suspendida. Lamentablemente no hay posibilidades de tomar insulina en comprimidos debido a que el sistema digestivo la disolvería antes de que comience a funcionar. Un dato valioso es que la mayor parte de los pacientes con diabetes tipo 2 usan un aplicador en forma de lapicera que les sirve para administrar la insulina. Se trata de aplicadores diseñados de tal manera que son discretos, de fácil uso, y las inyecciones casi no producen dolor.
Estos dispositivos pueden ser precargados (descartables)
o recargables (reutilizables) y hay diferentes gamas que se
adaptan a las distintas necesidades, incluso algunos tienen una aguja
oculta.
Tu médico te dirá cuál es el aplicador adecuado y te dará el
cronograma de inyecciones que mejor se adapte a tu estilo de vida. Te
va a mostrar, también, cómo hacer para administrarte las
inyecciones.
El tratamiento con insulina no debe afectar tu vida. Simplemente porque una vez que hayas aprendido a manejar la técnica de cómo inyectarte vas a ver que hacerlo te tomará uno o dos minutos, nada más. La inyección te la podés aplicar en cualquier sitio. Los aplicadores de insulina son prácticos, discretos y fáciles de transportar.
Importante: Se recomienda que el aplicador no quede en el auto o en cualquier lugar en el que pueda estar muy caliente o muy frío.
La insulina te ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Esta mejoría en el control de la glucosa actúa de manera positiva en tu estado anímico y en cómo te sentís. Del mismo modo, juega un papel importante en tu capacidad de concentración y en los niveles de energía.
La hiperglucemia es el momento en que el nivel de azúcar sube, entonces si la glucosa está alta puede ser que no te sientas del todo bien. De igual manera, no te alarmes si te pasa esto porque existen signos de advertencia a los que tenés que prestarles atención. Ellos te indican si hay un incremento del azúcar. Estos signos pueden ser: sed, hambre y orina frecuente. En consecuencia a estas sensaciones aparece la ansiedad, por lo cual aprender a lidiar con ella es fundamental. El tratamiento con insulina es muy beneficioso ya que podés controlar los niveles de azúcar en sangre, si tenés episodios de hipoglucemia o hiperglucemia, tu médico te guiará en cuanto al ajuste de dosis.
Con frecuencia las personas que comienzan el tratamiento con insulina aumentan de peso, pero la cantidad del aumento varía de una persona a otra. Sin embargo, hay pacientes que no suben de peso. ¿Por qué? La respuesta a esta pregunta es que cuando la diabetes no está bien controlada, el exceso de azúcar en sangre se elimina con la orina.
Comenzar a tratarse con insulina mejora la capacidad del cuerpo
para absorber la glucosa de los alimentos. Lo que no se usa de esa
glucosa, se almacena como grasa. Si esto pasa, entonces podés aumentar
de peso aunque comas la misma cantidad que antes. Otro factor que hace
que aumentes de peso es consumir más snacks para evitar la
hipoglucemia.
Si tenés dudas o preguntas, consultá siempre con tu médico.