Aplicadores, agujas e inyecciones
Administrar inyecciones puede ser abrumador o atemorizante. Aprenda a sentirse más seguro respecto de la colocación de inyecciones con esta guía.
Pasar al tratamiento con insulina puede parecer un gran paso. Es posible que se sienta frustrado porque su tratamiento anterior no funcionó o que le preocupe que las inyecciones sean dolorosas, o al menos, incómodas.
La buena noticia es que comenzar a recibir insulina puede traer beneficios de salud y estilo de vida. Casi seguramente será más fácil de lo que piensa. Hay mucho para aprender, pero hay muchos recursos para ayudarlo a comenzar.
La insulina es un medicamento inyectable compuesto por la hormona insulina suspendida en una solución. Lamentablemente, la insulina no se puede tomar como comprimido; su sistema digestivo la destruiría antes de que pudiera comenzar a funcionar.
La mayoría de las personas con diabetes tipo 2 usan un aplicador inyectable para administrar insulina. Los aplicadores de inyección están diseñados para ser discretos, fáciles de usar y prácticamente indoloras. Hay una amplia gama disponible para adaptarse a diferentes necesidades, incluidos los aplicadores precargados y recargables. Algunos incluso tienen una aguja oculta.
Su profesional de cuidados de la salud le podrá recomendar el aplicador y el cronograma de inyecciones que mejor se adapte a su estilo de vida y le mostrará cómo administrarse las inyecciones usted mismo.
El tratamiento con insulina no tiene que afectar su vida. Una vez que
haya dominado la técnica de inyección, descubrirá que solo tarda un
minuto o dos y que puede aplicarla casi en cualquier lugar. Los
aplicadores de insulina son livianos, fáciles de transportar y ultra
discretos.
No necesita mantener la insulina que está
usando en el refrigerador todo el tiempo, pero trate de almacenarla
entre 2 °C y 8 °C (entre 35 °F y 47 °F). Su indicador o cartucho de
insulina desechable durarán cuatro semanas a temperatura ambiente (no
más de 30 °C) o en el refrigerador (entre 2 °C y 8 °C). Simplemente no
lo deje en un automóvil o en cualquier lugar donde pueda estar
demasiado caliente o frío.
Recibir insulina puede ayudarle a controlar sus niveles de azúcar en sangre, pero los beneficios no se detienen allí. Un mejor control del azúcar en sangre puede, a su vez, tener un efecto positivo en cómo se siente, su estado de ánimo, su capacidad para concentrarse y sus niveles de energía.
El nivel alto de azúcar en sangre, también conocido como
hiperglucemia, puede hacer que no se sienta bien. Conocer los signos
de advertencia (sed, hambre, micción excesiva) y cómo lidiar con ellos
es la mejor manera de superar la ansiedad.
Otro
beneficio de estar en tratamiento con insulina es que le ayuda a tener
más control sobre los niveles altos y bajos de azúcar en sangre. Si
sigue experimentando hipoglucemia o hiperglucemia, su profesional de
cuidados de la salud podrá ayudarlo a ajustar su dosis.
A menudo, las personas aumentan de peso cuando comienzan el
tratamiento con insulina, aunque la cantidad del aumento difiere de
una persona a otra. Algunas personas no aumentan de peso en absoluto.
¿Por qué sucede esto?
Cuando su diabetes no está bien
controlada, el exceso de azúcar en sangre se descarga en la orina.
Comenzar con el tratamiento con insulina mejora la capacidad del
cuerpo para absorber la glucosa de los alimentos que consume y lo que
no usa para energía se almacena como grasa. Esto significa que puede
aumentar de peso, incluso si come la misma cantidad que antes. También
puede aumentar de peso si come más refrigerios para evitar la hipoglucemia.